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  • Foto del escritorVictoria Eugenia Cava

Día 85

Actualizado: 2 sept 2019

Pleno julio, viendo stories de la gente de vacaciones y nosotras trabajando con estos calores… ¿una escapadita más? Pues oye, por qué no 😏.

Decidimos visitar el Hotel más famoso de la frontera con Brasil:

. Un hotel de 4 estrellas en medio de la Amazonia. Las fotos eran bastante increíbles, una piscina con vistas directas a las juntas de los ríos Mamoré y Pacaás Novos, fotos de buffets de desayuno y opiniones muy positivas.

Es genial poder cruzar la frontera y decir que estás en Brasil. Comparando con Barcelona, que la frontera más cercana es Andorra, pues 😅 … que a mi me encanta Andorra, pero cuando uno dice Brasil, se le llena la boca.

Primer problema del viaje: tenía que sacar dinero en reales (porque mi banco, Bnext, me da mejor cambio que los “agentes de cambio” de la frontera en el puerto) (apunte 1: sí, esto se consideraría publicidad, a ver si me dan 10€ por cada lector xD) (apunte 2: *agente de cambio = señores mayores que se ponen una mesa de madera con un cajón lleno de dinero y una sillita detrás y te llaman todos a la vez), y los cajeros brasileños no aceptaban mi tarjeta.

Estaba a punto de maldecir a Bnext en el tercer banco, pero un señor de seguridad me relató algo que no entendí. Sé que intentaba ayudarme, pero yo no entendía ni papa.

Menos mal, mi gran amiga Fernanda tiene un don para el brasileiro y con mi cara compungida la miré y le pregunté “¿qué ha dicho?”. Pues que los bancos brasileños aceptan tarjetas propias de su banco. -.-


En fin, ¡resumiendo! Encontré un banco, pequeño, que nunca habría pensado que la aceptara, y lo hizo. Sigo confiando en Bnext. (esos 10€… 🙄)


Fue un viajecito en taxi largo hasta el hotel. Se adentró en el bosque y después en la selva. El taxista nos puso éxitos de los 80 que son conocidos por todos, y en el momento del famoso I Will survive…, se abrió la frondosidad de los árboles y nos encontramos con un Ecolodge enorme de madera, muy bien camuflado y en armonía con el paisaje… Me enamoré. El enamoramiento más corto de la historia: 3 minutos.


En la recepción parece ser que no nos esperaban… Nos dieron otra habitación (igual super cómoda y con AGUA CALIENTE 💜) y nos pusieron el aire acondicionado. La verdad que la recepción no había sido muy simpática…😅


De hecho, fuimos a comer al restaurante porque nos moríamos de hambre y vimos los precios… Acostumbradas a los precios de Bolivia, pues nos pareció super caro. Un plato ya costaba sus 10€… solo un plato. Me indigné porque en Barcelona, que se quejan de lo caro que es, puedes encontrar menús completos por el mismo precio… También me indigné porque tenía hambre 😆.


Y ahí vino la hambruna total. Tardaron más de 1h en traernos la comida… la señora de la recepción, nos dijo que lo sentía porque estaba ella sola en la cocina y en la recepción…


Con el estómago lleno las cosas se ven diferentes. La señora se olvidó de nuestra bebida, pero cuando vino nos pidió disculpas y sonreía… y yo, que he trabajado cara al público (y muchos de los que me leéis también), sé que seguramente se estaba cagando en nosotras, en ese día, en el hotel y en el universo en general. Ella hizo su trabajo como pudo, es humana y no tiene 5 manos, no puede estar en 3 sitios a la vez. Así que mi empatía se hizo palpable.

Eso no justifica que estén mal organizados para los años que llevan operando, pero oye, estábamos de vacaciones. Otra vez. 😁







Después de probar la cerveza brasileña que, por cierto, me encantó, nos fuimos directas al postureo piscinario 😜 .








Ah, y tienen un camino hecho de madera, alejado del suelo, que, si te adentras en él en silencio, puedes ver los monos chichí (mono ardilla) saltando de una rama a otra 💚.

¿Y sabéis lo que hice después de la piscina? Ducharme con el agua caliente ☺. En Europa nos creemos que lo tenemos todo, que lo merecemos todo. Lo damos por hecho por haber nacido allí. Nunca pensamos en que un día hará frío y nos tenemos que adaptar y ducharnos con agua fría. Y que el agua caliente es un lujo que ni nosotras, trabajando en una ONG internacional, podemos disfrutar.


Fue tan relajante que me quedé sobadísima debajo del aire acondicionado, de esas siestas en las que te levantas con la baba hasta el cuello.

Al día siguiente, después del desayuno buffet (cómo extrañaba un desayuno así), nos pasamos la mañana en la piscina, viendo los delfines rosados del río y tomando toda la energía solar posible… porque después de aquello, oh yeah, ¡nos tocaría trabajar de lo lindo después de tantas vacaciones!

Una experiencia más, esta vez dándonos un lujo, que estaréis de acuerdo, nos lo merecemos 😊.


Y estas son nuestras caras mientras íbamos en un taxi hecho para 3, y nosotras, que imaginábamos que nuestro culo se había empequeñecido después de tanto ejercicio, le dijimos al taxista: “¡o las 4 o nada!”. Pues qué va a hacer el taxista, nos dijo que, si cabíamos, que era nuestro problema.

El último tramo de carretera no estaba asfaltado, había muchos baches y agujeros, con lo cual el carro se iba hacia un lado y hacia el otro, hasta el punto en que nos agarrábamos a las barandillas porque pensábamos que íbamos a volcar. Por eso las caras. Por eso las fotos. Por si no nos reconocíamos nunca más la cara después de la ostia.

 

PD 1 – Estoy cansada de ver vuestras paellas veraniegas, ¡Mandadme una! 🤩

PD2 - De todos los intentos de vídeo artístico que hicimos, me quedo con este:

(ya sabéis que no tengo sentido del ridículo)

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