La última cena, el último desayuno... odio que todo sea el último 😫. Voy a cambiarlo 😤.
*
*
*
Fue el primer desayuno de un nuevo día, de una nueva aventura. Y no podría haber empezado mejor, joder, menudo buffet nos tenían preparado 🤤.
Emocionados y cansados, partimos a pescar, o al menos a intentarlo. ¡Es algo que te engancha! Creo que en mi vejez me dedicaré a ir al río a pescar 😌. Es relajante y emocionante. Yo pesqué algunos 😋.
Lo mejor de todo era que nos dio tiempo a volver al campamento y que nos los frieran para que pudiéramos probar nuestro logro 😳. Y tengo que decir que cuando lo has logrado tú, sabe mucho mejor 🤗.
Y bueno, todo tiene un final, pero como digo, mientras siga viva, el final siempre es el principio de otra experiencia.
Volvimos a Santa Rosa y nuestra opción de volver esa misma noche a Riberalta se nos esfumó... no había billetes para ese día. A ver qué coño íbamos a hacer en Santa Rosa toda una tarde 🤣. Para que os hagáis una idea, es un pueblo tan tranquilo que ves caballos, vacas, cerdos y pollos paseando.
¡Pero somos nosotras! De la nada, (bueno, de una llamada desde una oficina de turismo) vinieron dos señores super amables a ofrecernos actividades. Como era de esperar, lo primero que ofrecieron fue el tour de las pampas, de donde veníamos 😑. Y como opción alternativa, nos ofrecieron ir a un rancho enorme donde podíamos montar a caballo por el terreno y ver el ganado con el que trabajaban 😛, así que ¡allí nos fuimos!
Tenían un caballo que habían comprado recientemente y que todavía era un poco salvaje... que no tenía ni nombre, y nosotras ni cortas ni perezosas, le bautizamos con el permiso de los presentes...👐
Este es Sunset 🐎:
Y como esto es Bolivia, al día siguiente, ya teniendo nuestros billetes de bus comprados, habían revendido dos de ellos. Vamos, un overbooking de bus en toda regla 😶. Encima el horario nunca está claro, "de 9h a 11h llega el bus". Finalmente, salimos a las 13h, dos de las chicas tuvieron que ir en la cabina del conductor (cabina = cama donde duerme un conductor mientras el otro conduce) todo el camino...
Y todo el camino significó que nos metimos en el bus a la 13h y llegamos a la 1h de la mañana a Riberalta, porque paramos 3 veces por avería...
Y lo bueno de esta tardanza... es que conocí a dos niñitas, hermanas, y me hice muy amiga de Yuliana, la mayor ☺. Íbamos 4 en dos asientos, ya que su madre sólo había pagado un asiento para ellas 3 y yo me hice a un lado para que las 4 pudiéramos sentarnos a gusto...
Los niños son super inocentes. Les enseñé a jugar al veo veo. Ellas me enseñaron a ver estos viajes con simpatía, paciencia y siempre una sonrisa 💜.
Y a creer en el duende 😰. Y a improvisar cuentos con metáforas de la vida 🤪.
PD1 - Conclusión: NUNCA JAMÁS ME DIGÁIS QUE NO TENGO PACIENCIA.
PD2 - Sorpresa, clicad en estos links para ver los vídeos de dos de las voluntarias, ¡que hicieron un resumen de nuestra gran aventura!
Comments