top of page
  • Foto del escritorVictoria Eugenia Cava

Día 78

Actualizado: 15 ago 2019

En las pampas se está fresquito por la noche. Es húmedo, super húmedo, pero se duerme de pm. Además el lugar era muy rústico, muy adecuado al paisaje a la vez que incluía comodidades necesarias (básicas señores, baño, ducha y lavadero). Más que suficiente para pasar 3 días😌.


La primera era nuestra cabaña (^.^)

Teníamos pereza y sueño después de habernos pasado la noche contando historias y riendo como niñas que quizá llevamos dentro todavía. Pero la emoción de lo que tocaba ese día no era para quedarse en la cama.


Empezamos yendo a un lugar amplio para ver la salida del sol, en plan El Rey León 🦁 en versión pampa y con el soundtrack de nuestras voces desafinadas de fondo🎤.



Y después de un delicioso desayuno buffet, de los que ya no me acordaba, pero que ahora nunca olvido, nos debíamos de preparar para jugar a los exploradores🤠. Excepto que no era un juego y me di cuenta cuando llegamos al lugar y Bismar, el guía, nos dijo "pueden encontrar víboras, anacondas, falsas cobras, cuidado con pisar avisperos..."


¿AVISPEROS?🐝


"Miren bien donde pisan, también hay caimanes porque es un terreno pantanoso..."


¿CAIMANES?🐊


Mientras más nos adentrábamos en el pantano, más se me subían los huevarios a la garganta. Caminaba, me hundía en el barro, se me metía agua en las minibotas (porque como os imagináis, soy Vicky, me tocaron las botas más cortas, prácticamente tobilleras, que pa' eso ya iba yo descalzo), veía caimanes a lo lejos (notanlejos) y con mi dramatismo imaginaba cómo la mandíbula más fuerte de la Tierra me arrancaba un pie, con bota incluída😰.



Y después de 2h (o 5h, yo ya había perdido la noción del tiempo y ya me daba igual si me comía un caimán o una anaconda o me moría picada por 100 avispas), tengo que admitirlo, NO ENCONTRAMOS NINGUNA ANACONDA😵.



🤣 Personalmente, no me sentí mal, ni frustrada. Yo había pasado mis nervios y había sido un proceso el poder sentirme segura en esas aguas, cosa que fue posible gracias al guía, que siempre le quitaba hierro al asunto. Estábamos en un lugar salvaje, obviamente las anacondas no van a venir a saludarnos. Unas veces se ven, otras no. Es lo que hay y yo me fui contenta porque, a pesar del barro que me llegaba a las rodillas, puedo contarlo mientras muevo mis dos pies y sus respectivos deditos 😂.


Devoramos la comida como si no fuera un mañana y ¡nos fuimos a pescar!🐟


Lo imprevisto fue que, navegando por el río Yacuma, nos sorprendieron un grupo de bufeos 🐬 que salían a saludarnos. Ya os podéis imaginar:


"OOOOOHHHH"



"LOOK AT THAT!"




"WHERE IS IT?"




"I LOVE THEM!"



Así que el guía pilló la indirecta y nos propuso posponer el día de pesca y aprovechar la presencia de los delfines rosados del Yacuma. Nos dijo "ya, sin miedo, no hacen nada, métanse en el agua, ¡no pierdan el tiempo!"


¿Alguien dudaba que me atrevería?

¡Pues claro! No sabes si tendrás la oportunidad de repetir una experiencia como esa, en un lugar natural, salvaje, donde los animales viven a su bola. ¡Tienes que entrar porque ningún día será igual que este!


(Eso pensaba mientras me metía en el agua sin quitar la mirada del caimán de la orilla de enfrente 😆)


No sabéis lo GUAY que fue imitar ridículamente su bufido y que salieran a tu lado de repente y te metieran un susto. Aunque yo seguía preocupada por si el que salía era un caimán negro (el más grande de la Amazonía, por lo visto), el guía nos decía tranquilamente que los bufeos protegen su territorio y no dejarían que entrara ningún caimán 😎.


Vale, es todo muy bonito, pero no hay anécdota sin cagada 💩. Como el río tenía bastante corriente por la parte del centro, Bismar nos lanzó dos flotadores, uno atado a la barca y otro atado a la cuerda del flotador, para que pudiéramos ir hasta el centro sin miedo.


Íbamos al centro y nos dejábamos llevar por la corriente hasta que aparecía un bufeo a nuestro lado o cerca.


Cuál fue mi sorpresa, cuando tuve la sensación de que me alejaba más de lo usual, estiré de la cuerda y llegué a su final. Su final estaba en mi mano 😱. No sabéis lo mucho que agradecí esa infancia en la que me fastidiaba tener que ir un día a la semana a natación.


Sólo imaginar lo que podría haber pasado, porque podría haberme arrastrado y yo querer llegar a una orilla y que todas las orillas estaban plagadas de caimanes 😨...


¡Pero no pasó nada! ¿Por qué? Porque no. Porque nunca hay que pensar en lo que podría haber pasado, sino en lo que tienes hoy. Y lo que tengo es una imagen para siempre de un bufeo pegándome el susto de mi vida, saliendo a mi lado y soltando aire 😍...


Y, ¿cómo terminamos los españoles un día de playa?


Con una puesta de sol y una cerveza fría 🍺😏.



Sin olvidarnos de una cena buffet con su correspondiente sobremesa con nuestros compañeros paceños y australiano, intercambiando cultura, idiomas, costumbres, política... Pensad que había mucho de qué hablar, entre una española, dos paceños, un australiano, una estadounidense, dos francesas y una chilena 😅.


Picaduras de mosquito 🐝: 8

Picaduras de víbora 🐍: 0

Mordeduras de caimán 🐊: 0

Anacondas 🐍: 0

Ranas en la ducha 🐸: 3

Arañas dentro de mis calcetines 🕷: 6



 

PD - Oda al bufeo: "Bufeo, bufeo, ¿dónde estás que no te veo? Si me dejas verte un ratito, ¡te daré un gran besito!". Y aparecían.







...Da la sensación de que en cualquier momento va a salir un velociraptor 🤣...


35 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comentários


bottom of page